Esa frase que se suele oír de que nunca terminas de decorar tu casa, es totalmente cierta. Llevamos viviendo en este piso casi ocho años, y ya van casi 4 desde la reforma, y todavía había rincones que estaban pendientes, o que no nos terminaban de convencer y queríamos dar otro aire. A eso hay que unir que el salón ya no es nuestro, es de los niños, y cada poco tiempo hay que reestructurarlo para que quepan más muebles de almacenaje de juguetes y menos elementos decorativos que son susceptibles de utilizarse como arma arrojadiza.

En esta ocasión los rincones que hemos dado un toque con láminas han sido la habitación de los niños, el recibidor del salón (en alto y libre de manos infantiles) y la pared del baño. Creo que el resultado es genial, ahora lucen más completas y bonitas y han dado un cambio importante a cada rincón.

Para el salón optamos por una lámina personalizable con los próximos destinos a los que nos gustaría viajar en el futuro. Algunos esperemos que dentro de poco si las circunstancias lo permiten, y otros más a largo plazo cuando los niños sean un poco más mayores. 

Para la habitación de los niños optamos por una combinación de pósters de animales y la célebre frase de El Rey León "Hakuna Matata" y el resultado nos ha enamorado. La idea de combinar dos tipos de marco ha quedado genial y va perfecto para una habitación infantil.